Diario (4)

15 de noviembre de 2011


Las cosas del espacio. Cuando reformé mi casa el año pasado decidí que no quería tener ningún cuadro en ella. Recuerdo querer eliminar todo lo que es accesorio, y lo que no es necesario. Recuerdo eliminar la pintura. Recuerdo necesitar limpiarme.
1. Así era mi casa más o menos cuando me dieron la baja

Todo el color que tengo en mi casa es color-luz, no tiene que ver con la materia, con lo opaco. Es color transparente. Hay color, pero no hay cuadros. Hay luces que aparecen y desaparecen. A eso me estoy dedicando muchos momentos de mi baja laboral. Siempre es interesante leer un diario de una baja. Y más si tiene interés laboral, ¿no?








2. Estos son algunos de los rincones de mi casa, iluminados con color sin tener que utilizar la pintura.

Hace poco se me ofreció la oportunidad de hacer una representación visual del rector. Decidí que lo que pegaba era hacer un retrato rectoral. Ayer llovía, un día estupendo para estar en mi larva. No obstante, me pasé la mañana buscando imágenes que tuvieran que ver con la Universidad de Sevilla. Así como a las dos bajé al chino de debajo de mi casa. Me subí 3 metros de papel ocre y lo extendí en el suelo del salón. En mi piso de 45mts.2 , con las fotos que había impreso del rector, de Fama y de otras cosas universitarias colocadas sobre el papel en el suelo, la universidad acaparaba demasiado. Me senté a comer y vi ese panorama más alejada. Me di cuenta de que hacer ese trabajo me estaba sentando mal. Llamé a quien me hizo el encargo para darle tiempo a que otra persona se ocupara del asunto. Por la tarde, estuve ocupándome de mí misma. Básicamente, a dormir.

Mi madre hizo durante muchas horas de su vida una pequeña bola de mucho peso formada por los papeles plateados de chocolatinas que encontraba en distintas situaciones. Yo lo nombré un “Aleph de postguerra”. Lo fotografié, lo amplié y lo tengo en mi dormitorio.



3. El Aleph de Postguerra en mi dormitorio

Parece como si esa intención de envolver historia tras historia a través de los papeles de chocolatinas la hubiera heredado yo. Ella estuvo aglutinando esos materiales en una bola que comenzó a los 14 años y terminó poco antes de casarse, sobre los 32. Yo estoy envolviendo con los blísteres de las pastillas algunos elementos de mi casa.

Ya me queda poco para acabar la “Cómoda de ayudas internas, personalizadas e intransferible”. Tengo dentro de esos cajones muchos papeles sobre el acoso.







4. Cómoda de ayudas internas, personalizadas e intransferible
Me está sentando muy bien dedicarme a la “Cómoda de ayudas internas, personalizadas e intransferible”, envolviéndola en la huella de cada maltrato, de cada malestar: el hueco de cada pastilla cuyo efecto a saber en qué parte de mi cuerpo habrá quedado alojado. Ya no tengo que tirar de los tiradores de los cajones. La ayuda, con esas manitas, viene hacia mí.

2 COMENTARIOS MACHACADAS O MACHACADOS:

Etcétera dijo...

Cómo me alegra poder leerte de nuevo, machacada.... Este post me ha impresionado pero a la vez me ha llenado los huecos de mis pastillas también. De qué?... De esperanza. Estoy por fabricarme yo tambièn una cómoda para guardar para siempre momentos indeseados. Mi defecto de fábrica aparentemente los borra de mi disco duro, pero siempre reaparecen en forma de pesadillas o de nube negra con forma indefinida. Optar por encerrarlos en cajones no es mala idea...
espero todo vaya viento en popa a toda vela...
Me gusta màs la luz que refleja la vida a través de los vanos de tu casa que cualquier cuadro colgado... Creo que vas por buen camino...
A ver si algún día nos encontramos en el camino... Si vienes a la capi avisa...
Besos.
Eva Trigo Cervera

machacadas.com dijo...

Besos de todas, amiga