DIARIO (6) Sistema.


Un laberinto y una rata blanca dentro. La rata tiene sus costumbres en el laberinto, porque conoce parte de él. Va y da videoconferencias en una sala del ala oeste, que es como un sustituto de dar clase. Tiene su rinconcito investigador en el otro ala, donde ha hecho un refugio, y ella está bien, la verdad.
Un día a la rata le sale una protuberancia en la barriga que a lo largo de los meses adquiere toda la forma de un megáfono, pero de carne. Como ella está bien, canta, y le gusta escucharse más alto con las reverberaciones que el megáfono produce en los muros del laberinto. Los laberintos son como serán las ciudades, que al final te mueves en un barrio. Pues ella, la rata, así está bien.
Pero hay días en que la rata no se siente tan bien. La rata recuerda que hay cosas más allá de las paredes del laberinto. Y no quiere olvidarlas. Así que las canta, y sobre el nido que ha creado para dormir, se echa patas arriba, coge con las manos  el megáfono de su barriga y canta a la vida que recuerda de otros lares.
Hay gente más grande y no roedora que observa la vida de la rata, y eso de que le haya salido un megáfono de la barriga no lo lleva muy bien. Así que, o se le quita el megáfono, (y de camino la mata y al carajo el sistema), o consigue que la rata no tenga ganas ni de cantar.
Así, comienza una sarta de actos que la rata no comprende: le quitan el tiempo de conexión de la videoconferencia, se lo trasladan a otro día en que ella está arreglando el patio central del laberinto, le colocan altavoces que le dicen RATA MALA, REMALA, REQUETEMALA… Coge más veces el megáfono, pero no ya con la intención de escucharse a sí misma, sino para que otras ratas que estén fuera o dentro del laberinto puedan escucharla y ayudarla.
¿Y si se traslada a otra parte del laberinto? Tal vez se acaben sus problemas.

Ocasionalmente, la rata va a otear la sala de la videoconferencia, por si puede volver a tener conexión con el exterior-interior que es una videoconferencia. Pero casi cuando va a dar la vuelta a la esquina, baja de no se sabe dónde una plancha de metal oxidado que le frena el paso. A veces ha conseguido rodear la plancha y llegar a esos sitios más alejados del poder maléfico que le está haciendo la vida imposible. En la última ocasión,  como en las anteriores, le han puesto unos electrodos afectivos que la han dejado agotada. A veces le da tiempo a reaccionar, y dice por el megáfono: ‘Oigan, que me han puesto unos electrodos afectivos’. Pero por cansancio y por efecto de la electrocución, se queda ----------.
Después de la última ocasión, está  reponiéndose. La han dado de baja en el laberinto y se encuentra en una sala blanca y sin esquinas ni aristas. A veces flota. Si está de baja, el sistema está tranquilo.

DIARIO (5). EL CASO DE 'EN ESTA CASA SE ACOSA'

Todos conocemos las facultades empáticas con l@s machacad@s que tiene Jordi. Lo que no conocíais, pero yo llevo advirtiendo hace algún tiempo, es que mi Jordi es detective.
La primera imagen que me vino relacionando a Jordi con la Dimensión Detectivesca, fue de Jordi vestido como Sherlock Holmes en películas de los años cincuenta. La imagen me pareció, la verdad, ridícula. Como yo, sin ser artista, tengo una intuición de lo que ha quedado bien o mal muy unida a mi primer chacra, mi coño, a mí me parece normal que mi niño no sólo tenga conocimiento intuitivo, sino también puramente racional. Pero a mi hijo no lo había visto hasta entonces desde esa perspectiva, fíjate tú.

Jordi llegó hace tres días a la puerta de lo que él considera su casa, el Rectorado, ubicado en la calle San Fernando de Sevilla. Una pintada, relativamente grande y realizada con verde fluorescente, decía EN ESTA CASA SE ACOSA. A Jordi le pareció bien de repente transmutarse en detective. EL CASO DE EN ESTA CASA SE ACOSA. Qué título más bonito…

Las distintas pesquisas que hubo de hacer en el Rectorado se iniciaron en la entrada, al lado de Registro. Allí había un coche oscuro y varias personas, que resultaron ser del equipo rectoral, con el rector mismo al frente. Jordi fue preguntando a distintos gestores (defens@r, responsables de Prevención, vicerrector@s). “Señor Rector: ¿en esa casa se acosa?”. El Rector no le quiso hacer caso. Jordi para él sería como una
marioneta
sordeta
y trepanadeta,
digo yo. El Rector, más bien, tomó a chanza a mi Jordi. Por otra parte, como Jordi da tan buen rollo entre la gente, explicó allí mismo que EL CASO DE EN ESTA CASA SE ACOSA es algo que infunde belleza, porque con ese casqueo y chasquido que tiene la expresión EN ESTA KASA SE AKOSA, se conseguía un fuerte efecto musical en la pronunciación. Debía haberla ingeniado alguien muy artista, desde luego.

Cuando Jordi ya se hizo entender, (es decir, cuando el equipo rectoral dejó de runrunear sobre Jordi), se oyó la voz de uno de los presentes, y queriendo hacer el juego más eufónico que cacofónico, apuntó:
EN ESTA CASA CASI SE ACOSA.
La carjadada fue instantánea. La reunión en la puerta del Rectorado continuó y Jordi se quedó en un rincón reflexionando, barajando en su cabeza palabras como CASO, COSA, CACHO, CASI, CASA, SACA, ACOSA, CASACA… POCA CACA CAQUI EN LA CLOACA…
Uff…se dio cuenta de que jugar con las palabras no hacía otra cosa que desviar la atención de la pintada hacia un aspecto superficial, y que seguro que ésa no era la intención de quien se decidió a poner una pintada de verde fluorescente en la puerta del Rectorado.

Por la noche, a la luz urbana de la calle San Fernando, sobre aquella pintada de verde fluorescente lucía un CASI rumboso y orgulloso, con forma de rúbrica.

A Jordi le impactó y le puso un poco triste. Entonces fue cuando Jordi se dio cuenta de que en realidad allí en el Rectorado no lo iban a contratar como detective, porque el acoso iba a disimularse como fuera, incluso haciendo uso de la cacofonía. Eso era lo que buscaba la espiral del poder y decidió abandonar la investigación de EL CASO DE 'EN ESTA CASA SE ACOSA' para disfrutar de su vida…

Días después, con eso de que se acercaban las navidades, escribió este villancico, con su lengua natural, que es la que yo le he enseñado, el catalán a mi manera, el que se habla con un aparato ortopédico en los dientes, que es lo que yo tenía cuando dí a luz a mi Jordi. Sirva esta parte de mi diario como inicio a unas buenas vacaciones. Y transcribo el villancico que Jordi ha compuesto a partir de la música de “Veinticinco de diciembre, Fum, Fum, Fum”

AL VENTICIC DE DECEMBRE

FUM, FUM, FUM

AL VENTICIC DE DECEMBRE

FUM, FUM, FUM

HA NASCIT UN MIGNONET,

JORDI MANCAT I TRÈPANAT

FILLO D’UNA MACHACADA

MAIS EN CATALA SE DICE MA-CHA-CAT

I NOS DICE EL MIGNONET

FUM, FUM, FUM

I NOS DICE EL MIGNONET

FUM, FUM, FUM

TREPADORES VULGO TREPAS

TREPAS DE UNIVERSITAT

SABED QUE EL DIA DE MAÑANA

CON O SIN LAS MACHACADAS

TOES PÁ NÁ



PRIMER VILLANCICO DE JORDI . PER TOTS LAS MACHACATS