Hace pocos días se juntaron con los sindicatos la polla rectora, la polla vicerrectora
y la polla delegada .
La satisfacción que las tres pollas consiguen de sus
interlocutores expande la idea de que las tres pollas son muy eficientes. Sí, parece
que lo son, excepto con mi coño. Años ha, la que hoy es polla rectora nunca
quiso aclarar (aunque se lo prometiera a mi coño) si mi currículum fue tenido
en cuenta en el premio extraordinario de doctorado. La polla delegada se ha
señalado más: ni nunca quiso recibirme antes de abrírseme el primer expediente
pollil, ni nunca quiso enmendar cómo se saltaba la normativa (cuando llegaba mi
turno) para la adjudicación de asignaturas en mi departamento. La recién
llegada y asustadiza polla vicerrectora, aquélla de la que he escuchado cuán
eficaz es, se ha hecho la sorda para justificar por qué se me impide acceder a
otro departamento donde pueda crecer como ente entero, y no sólo como coño. Le dice a mi coño que no, y luego no dice porqué, pues no envía los informes en los que se basa la negativa.
Mis filetones han
crecido dos pulgadas, me los he recortado y ahora los tengo a la sal en el
horno.
Esta ineficiencia
intencionada contra mi coño es una de las armas más poderosas y
retorcidas del acoso institucional, pues invita al resto de las personas a
creer en el esfuerzo realizado por las pollas y la eficacia de las mismas,
mientras que cuando esas cualidades no se ejercen con una sola persona, acentúa
la desigualdad de derechos y manifiesta
su intencionalidad, al hacer que la
opinión de mi coño sea una opinión aislada.
La otra cara de esta ineficiencia intencional es la
transparencia controlada: Señores, si quieren transparencia, miren el portal de
la transparencia, pero no más. Ni se les ocurra exigirla en los trámites, o cuando
nos ponemos de acuerdo en ser ineficientes contra alguien. Cuanto más alto es el nivel político en la
universidad de las pollas, más elaborada, más exquisita y más retorcida es la
ejecución de la desigualdad contra los coños.
A este paso, los filetones me crecen como los rabos de las
lagartijas.
El horno ya huele. Me voy a comer. Seguramente otro día
podré invitaros.
1 COMENTARIOS MACHACADAS O MACHACADOS:
Querida Inma, te comprendo y me alegro que persistas en tu lucha por la igualdad de la mujer en todos los ambitos. Aunque se que hay muchas mujeres luchando en este maravilloso mundo hay que ser valientes y denunciar los millones de mujeres, y ya no me valen los porques, que apoyan la desiguldad y se visten con los roles masculinos. A mi edad ya no creo en la sociedad creo en las personas que me han mostrado su transparencia y su buen hacer y te puedo decir que son poquit@s. Miestran un@s zurcen otr@s destruyen así es la soiedad. Un abrazo bonita
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