EL MIÉRCOLES 27 DE OCTUBRE, CONCENTRACIÓN A LAS 13 HORAS EN LAS PUERTAS DEL RECTORADO DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA

MANIFIESTO CONTRA LA CRIMINALIZACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS
SOCIALES Y CONTRA LA ENTRADA DE LA POLICIA EN LA UNIVERSIDAD
DE SEVILLA

Las y los abajo firmantes, profesoras y profesores, investigadores y personal de
administración y servicios de la universidad de Sevilla, en la línea del reciente
manifiesto de denuncia del profesorado de las universidades catalanas, apoyamos y
denunciamos el intento de criminalización de los movimientos sociales por parte de una
amplia mayoría de medios de comunicación y responsables políticos y sindicales de las
instituciones del estado. Creemos que ese abanico de grupos y propuestas de acción
alternativa que también tenemos en nuestra ciudad deben ser respetados y apoyados por
la riqueza plural que le aportan y por su contenido social consecuente y participativo.
Aprovechamos para condenar con toda firmeza la entrada en la universidad de las
fuerzas policiales y su actuación represiva en la mañana del pasado día 29 de
Septiembre. Creemos que éste es un signo inequívoco de la situación de intolerancia y
represión que se está viviendo también en la ciudad de Sevilla. La universidad, a la que
representamos y de la que formamos parte, debe seguir fomentando valores de
diversidad, pluralidad, democracia, crítica y autocrítica. Por consiguiente, creemos que
se han de tomar medidas ante estos hechos que rompen la autonomía universitaria
conseguida por la fuerza de la acción diaria y del derecho durante más de 30 años.
Nos sumamos textualmente al párrafo final del manifiesto anteriormente señalado:
“Focalizar en ciertos episodios violentos, sin ni siquiera escuchar la contestación y la
voz de los movimientos sociales a los que se ataca es directamente criminalizarlos;
construir el chivo expiatorio y desviar la atención ciudadana de los conflictos reales en
los que estamos inmersos más que nunca en nuestra sociedad: el paro, la pobreza y la
exclusión social, la desigualdad creciente entre grupos, el recorte constante de los
derechos sociales, el debilitamiento de las reivindicaciones del movimiento obrero
organizado, el racismo y la xenofobia, la violencia contra las mujeres, .... Una sociedad
verdaderamente democrática, que debe respetar plenamente el derecho a disentir y a
discrepar, no se lo puede permitir”.