Hola, me llaman Inma la Inmunda porque trabajo con las inmundicias del poder, en concreto en la Universidad de Sevilla.
La gente cree que trabajar sobre la inmundicia es trabajar en los detalles, devorando los pequeños cachitos del estercolero. Pero no es así (quiero aclarar que no trabajo en la inmundicia porque quiera, sino porque no me dejan salir de ella). Mi perspectiva es más, digamos,’ macro’. Compruebo las líneas generales con las que ha actuado la casta a lo largo del tiempo. Soy más como la ideadora de programas televisivos del estilo de ‘¿cómo lo hacen?’. Pues eso ¿cómo hace esta casta para perpetuarse desde los ecos franquistas hasta el actual equipo rectoral?
Esta tarea detectivesca ha adquirido mucho sentido cuando he comprobado la actuación del equipo rectoral con Encarni Santamaría, a quien se le ha privado de su condición de Profesora Titular y de su condición de Funcionaria en un plan que sigue las mismas líneas del que he conocido en la Universidad de Sevilla, y que se basan, en mis conclusiones provisionales, en esto: no hay acoso en la Universidad de Sevilla, y si lo hay, el asunto se resuelve eliminando a la víctima. Para eso se cuenta con toda la maquinaria del poder, incluido el SEPRUS, siglas que para los comunes mortales hablan de prevención, pero que internamente, aquí en el estercolero, se conoce como el Servicio de Prestación de Riesgos Laborales.
Olvidar el caso de Encarni Santamaría y la responsabilidad del equipo rectoral continuísta con ella sería ocultar la inmundicia de la casta que tiene visos de perpetuarse tras arrancar el sufragio universal a la comunidad. Por eso el caso de Encarni Santamaría debe conocerse para que sepamos a quién vota este claustro.
Eliminando a la víctima, se elimina el acoso. Pedazo de política que nos queda por delante si la casta continúa. Además de crear un precedente. Nadie está a resguardo de que vuelva a repetirse en otra persona.
Hasta la fecha, Encarni sigue, desde el año 2007, sin la anulación de una resolución que nunca debió dictarse, a pesar de haberlo solicitado en repetidas ocasiones a este equipo rectoral continuísta. Si queréis conocer con más detalle el asunto, os paso con Encarni:
Estimado/as compañero/as,
Desde hace varios años, vengo padeciendo los efectos del atropello que en noviembre de 2007 me infligió el Rectorado de nuestra Universidad sin motivo alguno, que yo conozca, y después del mismo la Universidad de Sevilla ha hecho un denodado esfuerzo por mantenerlo, habiéndolo conseguido hasta ahora, en que me encuentro privada de mis derechos como funcionaria (esos que la sociedad cree que son para siempre).
Yo tampoco hubiera creído que esta situación podría darse: que a una funcionaria de carrera se le privara de su condición de funcionaria por haber pedido “que la sacaran de una plaza” en la que estaba siendo objeto de acoso desde años.
La Universidad simuló una analogía inexistente entre los conceptos de “plaza” y “condición de funcionaria” y de donde me sacó fue de la carrera funcionarial, poniéndome de patitas en la calle, sin ningún tipo de ayuda.
En las actas de la Junta de PDI debe quedar constancia del acoso padecido, por haber intervenido en varias ocasiones a mi favor, pero sin que consiguiéramos nada.
Desde el Rectorado y sus servicios jurídicos se me ha empujado y obligado a pleitear constantemente en litigios absurdos y situaciones ficticias creadas por la propia institución, haciendo uso del omnímodo poder de la Administración, que ha seguido enredando cada vez más para evitar que pudiera verse la realidad y sin embargo la situación estaba clara desde el primer momento: laUniversidad de Sevilla se saltó la legalidad vigente, como se deduce de lo señalado en la última Sentencia del TSJA.
En un “Informe” cerrado al 16/09/2015 y elaborado con la aportación de varios expertos, por fin se desenmaraña el lío. Ese informe, además de ponerlo a disposición de los Órganos Superiores de la Función Pública; está también a disposición de las autoridades académicas, ya que lo envié al Rectorado de la Universidad de Sevilla el pasado 03/12/2015, mediante el escrito de 2/12/2015, del que acompaño a éste una copia básica.
Ahora, a la luz de una base legal sólida e incontestable, la Universidad debe actuar de una vez por todas con sometimiento a la Ley y al Derecho y de ese modo declarar la nulidad de la infame e ilegal Resolución de 07/11/2007 que nunca debió dictar.
Quizás yo haya sido la primera funcionaria privada de hecho de tal condición, sin expediente disciplinario ni condena judicial, seguramente la única hasta ahora en toda España pero, seguramente también, no seré la última si se consolida el precedente.
Quiero volver a pedir la ayuda de la Junta de PDI de la Universidad de Sevilla para que inste al Rectorado a hacer lo único que se debe hacer: anular la referida Resolución.
Dado el proceso electoral en curso, quizás sea oportuno que la Junta de Personal recabe de los candidatos su compromiso de cumplimiento de la ley tan pronto como tomen posesión.
Con el fin de que todas y todos los miembros de la Junta de PDI puedan conocer los detalles de la infamia, ruego a la Presidencia de la Junta que traslade a todos sus componentes este correo, así como a los Delegados y Delegadas Sindicales que asisten a la misma.
Igualmente y con el mismo fin os agradecería que lo dierais a conocer a los claustrales vinculados o no a vuestra Sección Sindical (yo no tengo acceso a esos canales de comunicación).
Por otro lado, os comunico que el referido “Informe”, que obra en poder del Rectorado, puede verse también en la siguiente dirección: http://damajuana.info
Agradeciéndoos anticipadamente todo lo que podáis hacer en este asunto, aprovecho para saludaros atentamente,
Encarnación Santamaría Lozano. Profesora Titular de Escuela Universitaria, en situación “de exclusión de hecho.